El experimentar del misterio de Dios, que le revela al hombre el Amor misericordioso de Dios a través del „velo de la fe”, fructificó en la vida de Santa Sor Faustina Kowalska a través de un estilo de vida basado en la total confianza en Dios, en sus actitudes de humildad y en una valiente proclamación de la misericordia, al mundo. En las pruebas oscuras y en el conocimiento de Dios a la luz, la apóstol de la Divina Misericordia descubrió la verdad; de que es una niña de Dios, quien como un Padre, se inclina sobre su criatura desorientada colmándola de paz y haciéndola sentir segura. Los elementos que integran la vida según la Divina Misericordia para Sor Faustina fueron la experimentación de la esperanza y de la pobreza espiritual en la oscuridad de la noche en el alma, siendo estos los signos de que en el alma aparece la luz de la Palabra Encarnada.
El conocer a Dios a través de la experiencia del amor, llevó a la Mística de Cracovia a depositar totalmente su confianza, la cual era expresada en sus actitudes de fe, exigidas por Cristo ante los que pedían una gracia especial, como la mujer de Caná. (Mt 15, 21-28), el centurión (Mt 8, 10) o la mujer que sufría de hemorragias (Mk 5, 24-34). Era una fe ferviente, que comprendía una total confianza en la fuerza Divina de Cristo, la que junto con la entrega de sí misma a total disposición, se convertía en el fundamento de la niñez espiritual. Sor Faustina, en la oscuridad de la noche descubrió que el hombre en su pobreza, es poco lo que le puede ofrecer a Dios fuera de una total fe, Quien cada vez más concede, cuanto más el hombre le abre su alma a Él en su pobreza. Aceptando la misericordia como estilo de vida, la Mística de Cracovia, emprendió la misión de proclamar al mundo la verdad sobre el Dios de la misericordia. Este mensaje brotaba de la experiencia más profunda de su vida, que era el conocimiento del misterio del Dios de la misericordia y de la vivencia de una total unión con Él en las nupcias místicas. La unión a Jesús Misericordioso en Su Pasión, conducía a la Hermana Faustina no sólo a conocer la luz de Dios, la que le permitía percibir la Divina Misericordia en su vida y en los sucesos del mundo, sino que también le daba la posibilidad de una unión completa a Cristo en el acto de la Redención. La sucesiva profundización de la intimidad con su Amado en Su Cruz le demarcó el camino de crecimiento espiritual, hasta llegar a una total entrega de sí misma a Dios, al cumplimiento de la voluntad de Dios y a la unión en el amor.
1. La experimentación del amor del Padre
El camino de la confianza en Jesús Misericordioso, como camino a la santidad, fue elegido por la Hermana Faustina Kowalska en los comienzos de su estancia en la Orden de la Madre de la Misericordia, cuando comenzó a conocer el misterio de la Divina Misericordia, en sus experiencias internas vividas en la noche oscura. Sor Faustina, alcanzaba a descubrir la cercanía de Dios Padre a través de Cristo, Quien se le dio a conocer especialmente en el misterio de la Cruz. Ella entendía que, ser una niña en las manos de Dios, era reconocer su nada y su debilidad de ser creado, capaz de equivocarse y de aceptar humildemente todo aquello que Dios da, experiencias alegres y dolorosas, confiando en que Dios, no puede querer el mal para su niña . El tesoro espiritual más grande de Sor Faustina era el saberse conciente de su pobreza ante Dios, y gracias a esto fue capaz de ofrecerse a sí misma como ” hostia inmolada” junto con su Amado.
El pensamiento de ofrecerse en su totalidad a Dios como hija que confía ilimitadamente en su Padre, apareció en su Diario en un verso que, la Apóstol de la Divina Misericordia ubicó en la primera página de sus recuerdos espirituales como programa de vida y aspiración a la santidad:
Entonces, depositando la confianza en Tu Misericordia Voy por la vida como una niña pequeña, Y todos los días te ofrezco mi corazón Encendido de amor para tu mayor gloria (D 2).
La idea de la niñez, nació en la Mística de Cracovia durante los momentos de sus primeras experiencias en las noches de la fe, cuando se sentía fuertemente rechazada por Dios, quien purificaba sus sentidos y su espíritu. No pudiendo entender los procesos que se producían, con un gesto dramático de desesperación se dirigía al Dios celestial rogándole que quiera escuchar „los gemidos dolorosos de su niña” . Gradualmente maduraba hacia la total confianza en Dios Misericordioso aconsejada por sus guías espirituales, sobre todo por su maestra del noviciado, la cual, fue la primera en aclararle, en qué se basa confiarse con fe a Dios, el buen
1 D 23; por. En la escuela de la fe de la Hermana Santa Faustina, Cracovia 2001; E. Siepak ZMBM, N. Dłubak ZMBM, La Espiritualidad de Santa Faustina, Cracovia 2000.
Padre, aunque suceda a veces que se experimente adulta: ,,Camine por la vida como una niña, siempre confiada, siempre llena de sencillez humildad, contenta de todo, feliz de todo, allí, donde otras almas se asustan, usted hermana, pase tranquilamente gracias a la sencillez y la humildad” (D 55). Como no podía comprender totalmente en qué consistía esa entrega total a Dios, se propuso permanecer fielmente junto a Él en todas las contrariedades.
En la experimentación de la noche oscura consistente en un total despojo del dominio sobre el alma, la Mística de Cracovia, apelaba al acto de voluntad, gracias al cual, permanecía junto a Dios ante las terribles pruebas de fe, cuando se destruían sus sentidos y su espíritu. En el cumplimiento de sus virtudes, adoptaba la actitud de una monja sumisa y fiel a los principios de la vida en comunidad, lista para realizar actos de misericordia. En el cumplimiento de las pequeñas cosas, con una total humildad, se abría a la actuación de la fuerza Divina practicando la obediencia a sus superiores y el amor al prójimo. Con humildad, aceptó todas las dificultades relacionadas con la enfermedad, la cual iba destruyendo su organismo durante los últimos años de su vida, soportando lo que las otras Hermanas hablaban sobre ella. No buscaba mortificaciones extraordinarias, sino que, magnánimamente aceptaba el destino, que Dios le había regalado. En el sufrimiento y ofrecimiento de su vida siempre estaba lista para aceptar la voluntad de Dios.
La Hermana Faustina, profundizó el conocimiento de la Divina Misericordia cuando aceptó el esfuerzo, de pasar por la noche oscura de la purificación, de comprender en forma sensitiva a Dios a través del cumplimiento fiel a la voluntad de Dios y el valiente acudimiento a Cristo a través de los votos en la orden. Recibiendo de Dios el conocimiento del misterio de la Santísima Trinidad, experimentaba la cercanía del Padre, que la hacía sentirse segura y alegre: ,,De modo sensible me sentía inundada por la luz Divina. Desde aquel momento mi alma está en comunión con Dios, como el niño con su querido Padre” (D 27). Dios, quien se daba a conocer a través del velo de la fe, llamaba a una total entrega de su destino a la fe y a la confianza en Él.
El papel fundamental en la aceptación de un estilo de vida según la Divina Misericordia lo tuvieron las visiones que tenía, de Jesús, quien animaba a la Hermana Faustina a una mayor intimidad, llamándola „hija” y „niña”. Las apariciones del Niño Jesús en sus visiones, aclaraban la pedagogía de las ,,extrañas” visiones, subrayando, que de esta manera Dios la conducía al conocimiento del misterio de las relaciones cercanas entre el creador y lo creado: ,,Por qué tomas el aspecto de un chiquitín para tratar conmigo?” – pregunta Sor Faustina y escucha la respuesta de Jesús. – „Porque quiero enseñarte la infancia espiritual” (D 1481). Jesús, le aclaraba a su alumna, que ser ,,pequeño”, obediente, confiado es la condición para acercarse a Dios, estar en contacto con Él y en una total unión. En las visiones en que se aparecía como Niño,
Jesús le recordó a la Hermana Faustina, que ella tenía que ser como un niño en su relación con Dios, regalándole una total confianza. La vida según la misericordia, se convertía de esta manera en un camino de maduración hacia la plenitud del amor a través de la humildad y la obediencia enseñadas por el mismo Jesús2. La sensación de sentirse niña de Dios, estaba relacionada con la seguridad de Jesús, quien apareciéndose a su alumna le daba confianza y le aseguraba que se une estrechamente a ella: ,,Y me dijo: Hija mía, no tengas miedo de nada, Yo siempre estoy contigo, aunque te parezca que no esté; y tu humillación me atrae desde el alto trono y Me uno estrechamente a tí” (D 1109). Sintiendo la presencia de Dios a modo de un niño, Sor Faustina, gracias a las visiones, penetraba en el misterio de la Divina Misericordia especialmente conociendo las gracias que Dios otorgará a todos los que se acerquen al Sacramento de la Reconciliación y a la Comunión el día de Festividad de la Divina Misericordia. La Experimentación de la Divina Misericordia estaba relacionada con la experiencia de la presencia de la Santísima Trinidad, la que hizo del alma de Sor Faustina, su casa. La Hermana Faustina, sintiendo que es „templo de Dios”, experimentaba un gran gozo siendo „niña de Dios”, colmada de una bondad indescriptible. Era un momento de total unidad con Dios a través del amor, que es la fuente más grande de „intimidad” y seguridad, porque el alma encuentra a Dios en lo más profundo de su interior, donde no llega ninguna vista humana3. La experiencia de depositar su confianza en la Divina Misericordia, era comparada por la autora del Diario al sentimiento de un niño, a quien el Padre lleva ,,en sus brazos”, dándole la sensación de seguridad y alegría4.
El Amor de Dios, que penetraba en el alma se convertía en signo de estrecha unión del niño con Dios, el cual, la Mística de Cracovia, no podía explicar con palabras. El introducirse en esta relación de amor con el Padre Celestial le permitía conocer el misterio del amor de Dios que introduce en la experiencia del misterio de la 'Trinidad Divina’5. El conocimiento amoroso de Dios, el cual Sor Faustina definía como el concepto de ,,éxtasis de amor” le permitía conocer y sentir que el buen Dios la ama y que acepta su amor. El relacionarse con el Padre Celestial, profundizaba también el conociento del misterio de la Divina Misericordia relativa al hombre6.
2. Actitud de confianza y humildad
El estilo de vida de acuerdo con la misericordia nacía en Sor Faustina cuando en total abandono y desorientación tomaba conciencia de su debilidad y de la necesidad de la fuerza del Padre. El volverse hacia el Padre era entonces una expresión de humildad, que se convertía en una virtud que le permitía confiar en Dios en cada situación sin tener en cuenta las circunstancias. La concientización de su pobreza y su confianza se relacionaban con una constante e intensiva sed de unión con Dios, y al mismo tiempo la aceptación de su condición de vida. La Mística de Cracovia, vivía fielmente las normas de la Congregación y fue fiel hasta el final a las prácticas diarias de la oración, las que le ayudaban a penetrar en los más profundos misterios de Dios. Experimentaba la frialdad y las pruebas de fe, sin dejar de desear a Dios. En las contemplaciones, constantemente se dirigía a Dios, fuente de amor. Experimentando el ,,vuelo del alma”, ,,la luz del conocimiento” y la ,,herida del amor” como signos de ofrenda de sí misma a Dios, era totalmente libre de ataduras materiales y espirituales. La separación de todos los bienes espirituales, los cuales según San Juan de la Cruz, son condición para la purificación y perfeccionamiento de la esperanza, condujo en la Hermana Faustina a un total vaciamiento de poder y la dejaba presta a recibir a Dios liberando únicamente la aspiración a unirse con Él.
Desubriendo su pequeñez y su debilidad, la Apóstol de la Divina Misericordia se dirigía a Dios como a un Padre, confiándole a Él toda su vida: ,,Oh Dios, cuánto deseo ser una niña pequeña. Tú eres mi Padre. Tú sabes lo pequeñita y débil que soy, por eso Te ruego, tenme cerca de Tí en todos los momentos de mi vida y especialmente en la hora de la muerte” (D 242). La experimentación de la verdad sobre Dios Padre, la conducía a descubrir la cercanía de Dios y la comprometía a una mayor confianza especialmente en los momentos de oscuridad: ,,Dios es mi padre, entonces yo, su niña tengo todo el derecho sobre Su Corazón Divino” (D 357). La relación niña-Padre creaba el espacio espiritual, en el cual la Mística de Cracovia iba conociendo a Dios y Sus misterios de una nueva manera.
La vivencia de la Divina Misericordia, que la conducía al conocimiento de Dios constituía la simpleza en la relación con el Dios supremo; y la humildad y la confianza, las cuales liberaban a la Apóstol de la Divina Misericordia de la prisión del temor: ,,Aquí sentí la presencia de Dios como una niña – me sentía extrañamente una niña” (D 709). La fuente de seguridad la constituía la cercanía a Jesús, quien aceptaba la ,,pequeñez” de su hija y en reciprocidad le otorgaba la confianza en la relación directa. La vida según la misericordia, era identificada por la Hermana Faustina con el estado de un niño, débil e indefenso, que necesita
apoyo y se dirige a Dios, el mejor Padre solicitándole ayuda. La actitud de humildad y fe la conducía a unirse a Dios: ,,como una niña con su Padre” y a reconocer la paternidad de Dios ante todos los hombres. De esa total confianza en Dios, en el alma espiritualmente niña, crecía el llamado que se convirtió en divisa de esta Apóstol de la Divina Misericordia: ,,Jesús en Ti confío. Jesús te amo con todo mi corazón. En los momentos más difíciles, Tú eres mi Madre” (D 239). Vivir en la Divina Misericordia comprendía no sólo experimentar la pequeñez y el sentimiento de seguridad, sino que también la completa unidad7.
Experimentando la presencia de Dios en la oración, Sor Faustina se sentía como una ,,niña pequeña” olvidándose de todos los miedos y mortificaciones internas. La alegría llenaba su alma, y su mente se colmaba de la luz del conocimiento interior8. La vida en la misericordia era para la Mística de Cracovia ,,una experiencia de amor”, que le traía alegría y el conocimiento del Dios de la misericordia en relación con su alma. La ponía en una actitud de apertura a Dios, como un niño se abre a una madre frente al peligro: ,,Más de una vez mi alma gritó hacia Dios como un niño pequeño grita con todas sus fuerzas cuando la madre tapa su rostro y él no la puede reconocer” (D 116). Su actitud de confianza se expresaba en cualidades concretas, las cuales le ayudaban a abrirse a Dios: la nobleza, la delicadeza, la humildad, los sentimientos delicados. Entre otras características que le permitían percibir a Dios en cada situación y en cada acto estaba presente su espíritu de agradecimiento y alabanza. Los elementos constitutivos de la vida según la misericordia señalan la presencia de los dones y frutos del Espíritu Santo en el alma9. Sor Faustina subrayaba, que sentirse niña de Dios es un don del Espíritu Santo, quien toca el alma iluminándola para que conozca a Dios, buen Padre que se encuentra cerca de su niña como una madre y le permite dirigirse a Él directamente.
La apertura para ser inspirada por el Espíritu Santo, y la obediencia a las agitaciones internas conducían a la Mística de Cracovia a una total adhesión al Padre en una total confianza: ,,Ella sabe que Dios siempre es el mejor Padre y da poca importancia a las consideraciones humanas. Sigue fielmente el más pequeño soplo del Espíritu Santo, goza por este Huésped espiritual y se aferra a Él como un niño a la madre. Allí donde otras almas se detienen y asustan-ella sigue adelante sin temor y sin dificultad” (D 148).
El fundamento de la confianza infantil, que acercaba a Sor Faustina a Dios, como un niño a su madre, era el comienzo de un nuevo conocimiento de Dios, quien revela ante su niña
los misterios más profundos de la fe: ,,Como una buena madre me estrechas en Tu seno, Y ya ahora me haces gustar lo que el velo oculta” (D 1479). El estilo de vida según la misericordia comprendía el informe de la Hermana Faustina hacia Jesús, quien era para ella no sólo Maestro, Instructor y Esposo, sino al mismo tiempo una ,,madre afectuosa”. Confiaba en Él totalmente dirigiéndose a Él en su pequeñez, pidiéndole fuerzas ante las adversidades: ,,Aunque todo se conjure contra mí y aunque me falte tierra bajo los pies, estaré tranquila junto a Tu Corazón. Tú siempre eres para mí la más tierna de las madres, superior a todas las madres” (D 1490). De Jesús experimentaba el consuelo y el sostén en la oscuridad de la fe, la seguridad y paz. En la confianza sin miramientos en Cristo, se encontraba contenida la profunda convicción, de que sólo Él es capaz de entender al alma que busca a Dios y que desea amarlo con toda la fuerza de su corazón.
3. Experimentación de seguridad
En el espíritu de fe en la Divina Misericordia, la mística de Cracovia experimentaba la cercanía de Dios, quien otorga sentimientos de seguridad: ,,Compartiré todo Contigo, como un niño con la madre amada, los gozos y los sufrimientos – en una palabra todo” (D 230). La experimentación de la seguridad nacía del conocimiento de la grandeza de la misericordia Divina: ,,Tú eres mi madre” (D 249). Le permitía a la Hermana Faustina, conciente de su debilidad, y nulidad ante Dios, zambullirse con la confianza de un niño en los brazos de su ,,Padre de misericordia”. De esta experiencia nacía la necesidad de acercarle esta verdad a todas las almas y de ser ejemplo de confianza en Dios10.
El contexto teológico de esta confianza fue el acto de entregarse a sí misma en ofrenda de amor y el intercambio de corazones en las ,,nupcias místicas”, las cuales confirman, que el estilo de vida según la misericordia son el fruto de un proceso de purificación interna y unión con Dios: ,,Jesús, tu Corazón es desde hoy mi propiedad y mi corazón es Tu propiedad exclusiva” (D 239). En la vivencia de la bondad de Dios, quien colmaba de paz y alegría el alma molesta por la insensibilidad y las purificaciones; en las noches de la fe, la Hermana Faustina llamaba a Jesús ,,la más tierna de las madres” subrayando la relación de cercanía y el sentimiento de seguridad, con los cuales Dios la colmaba. Deseaba ser ,,una niña pequeña” sabiendo, que la ,,pequeñez” y la proclamación de la debilidad ante Dios, son las expresiones
propias del niño de Dios: ,,Tú eres mi Padre, Tú sabes lo pequeñita y débil que soy, por eso tenme cerca de Tí en todos los momentos de mi vida y especialmente en la hora de la muerte” (D 242). La proclamación de su pequeñez se transformaba en la Hermana Faustina en el pedido, de que Jesús esté siempre con ella, como una madre junto a un hijo débil11.
En los arrebatos de amor, Sor Faustina deseaba entregarle todo a Dios en un puro acto de amor, el que unía más plenamente su voluntad a la voluntad de Dios. Sabía bien, que sólo la luz Divina podía darle conocimiento completo de los abismos más profundos del alma. Reconociendo su miseria ante la grandeza de Dios, se dirigía a Jesús ,,Vida, Camino y Verdad”12, para que la sostuviera en su miseria y nulidad, apelando otra vez al cuadro de la madre que sostiene junto a su pecho a un niño inválido. En Su presencia se sentía segura. A Él acudía en los momentos de peligro, porque Él le ayudaba a vencer todas las dificultades, a pasar sobre los precipicios: ,,Junto a Tu Corazón no tengo miedo de nada. En los momentos de peligro me comporto como una niña que está en los brazos de la madre: al ver alguna amenaza abraza con más fuerza el cuello de la madre y se siente segura” (D 1726).
La niñez espiritual, para la Mística de Cracovia era una forma de estar en contacto con Dios, la cual aprendía entrando en una relación interna con las Personas de la Santísima Trinidad, sintiéndose una niña del Padre Celestial. Adoptando la actitud de una niña experimentaba un contacto muy cercano con Cristo, quien para ella era ante todo Maestro y Esposo revelado en el misterio de la pasión y la muerte. Cristo, a quien se entregó con la confianza de un niño débil se convertía en una madre tierna, que colmaba a su niña de seguridad, paz y alegría. La experimentación de la niñez espiritual tiene un tamaño neumático a través del descubrimiento del misterio de la pequeñez y de la confianza, que eran condiciones de obeciencia inspiradas por el Espíritu Santo que actuaba en el alma a través de un delicado soplo y de la agitación de la voluntad y además a través de los superiores y jefes del alma.
El estilo de vida según la misericordia, señalaba la relación de Sor Faustina con Dios, defendiéndola ante los enemigos externos e internos, ante los deseos de posesión, especialmente ante la soberbia en los momentos en los que Dios la colmaba de bienes espirituales. La pobreza de espíritu estaba relacionada estrechamente con la confianza que le permitía a ella desprenderse totalmente de todos los bienes que no conducen a Dios. Entendía que era una condición para abrirse para la actuación del Espíritu Santo, quien derramando la luz del conocimiento de Dios y el amor que une a Dios, introduce en la vida interior a la Santísima
Trinidad. La vida según la misericordia para la Apóstol de la Divina Misericordia fue el resultado de un total despojo de la propia actividad, para permitir la actuación de Dios.
IV. La misericordia como misión ante el mundo
Vivenciando la unidad amorosa con Dios, la Mística de Cracovia experimentó el gran misterio de la Divina Misericordia, la cual colmó su interior señalándole la misión ante el mundo contemporáneo. Jesús colmándola con la gracia de participar en su vida a través del común sufrimiento, gracias al cual pudo penetrar en el mayor misterio de Dios, le transmitió a su alumna el encargo de recordarle a la gente la verdad sobre el Dios de la misericordia. La manifestación de la Divina Misericordia incluye la verdad revelada de Dios rico en misericordia, quien desea la felicidad para el hombre compartiendo Su amor con él. La vida con la Divina Misericordia para Sor Faustina significaba ser apóstol de la misericordia y proclamar esa verdad a todo el mundo.
a/ Proclamación de la Divina Misericordia
Jesús se dirigía a Sor Faustina llamándola ,,apóstol de la misericordia” y ,,dispensadora de misericordia” encomendándole transmitir la manifestación de la misericordia al mundo: ,,Tu asignación y deber es aquí en la tierra rogar misericordia para todo el mundo”13, ,,háblale al mundo entero de Mi bondad”14, ,,háblale al mundo entero de Mi incomprensible misericordia”15, ,,escribe estas palabras”16, ,,escribe, habla a las almas de Mi gran misericordia”17, ,,haz lo que esté en tu poder para difundir la devoción a Mi misericordia”18, ,,dile a la humanidad doliente que se abrace a Mi Corazón Misericordioso”19, ,,proclama al mundo entero Mi misericordia
Insondable”20, ,,sé diligente en apuntar cada frase que te digo sobre Mi misericordia”21, ,,invita a todas las almas a confiar”22, ,,no dejes de proclamar Misericordia”23, ,,dile a las almas pecadoras que no tengan miedo de acercarse a Mí”24, ,,habla a los pecadores de Mi misericordia”25.De esta manera la misión encomendada comprendía múltiples actividades, la cuales en primer término consistían en informar a la gente sobre la manifestación de Jesús Misericordioso y recordar sobre la necesidad imperiosa de alabar al Dios de la misericordia además de depositar una total confianza en Su bondad. Luego las encomendaciones de Jesús Misericordioso expresan la necesidad imperiosa de orar por la Misericordia Divina. La Apóstol de la Divina Misericordia no debería desanimarse ni cesar en la comunicación de la manifestación.
Incentivando y ordenando la proclamación de la misericordia a todo el mundo, Jesús preparó a su alumna para las dificultades relacionadas con la transmisión de la manifestación de la misericordia26.
El mandato de Jesús Misericordioso consistía en escribir sobre la Divina Misericordia, todo lo que Jesús le decía al corazón de su secretaria27. La Hermana Faustina debería dedicar cada momento libre a esta actividad, para que la mayor cantidad de gente pudiera conocer el misterio de la misericordia a través de este medio escrito: „Hija mía, exijo que, todos los momentos libres, los dediques a escribir sobre Mi bondad y misericordia; ésta es tu tarea en toda tu vida para que des a conocer a todas las almas la gran misericordia que tengo con ellas y que las invites a confiar en el abismo de Mi misericordia…” (D 1567). El encargo de escribir se relacionaba con el nombre „secretaria de la Divina Misericordia”, que Jesús le regaló a Sor Faustina asegurándole, que este título le correspondería a ella del mismo modo, después de la muerte y la comprometía a la especial misión de dar testimonio de la Divina Misericordia28. Gracias a sus escritos la gente va a poder conocer la Divina Misericordia y acercarse a Dios29.
Con este mandato hay otros relacionados: rogar por la misericordia, hablar de la misericordia, alabar la misericordia.
Jesús le ordenaba a la Apóstol de la Divina Misericordia no sólo escribir y hablar, sino también rogar por la misericordia30. De esta manera tenía que „dar testimonio” de la infinita Misericordia de Dios, para que de acuerdo con las promesas de Jesús, en el futuro, poder tener una parte especial en la proclamación de la Divina Misericordia: „A través de ti, como a través de esta Hostia, los rayos de la misericordia pasarán al mundo” (D 441). Finalmente el deseo de Jesús transmitido a Sor Faustina era, que el mundo entero conozca la Divina Misericordia31.
Frecuentemente Jesús Misericordioso le señalaba los deberes a Sor Faustina dirigiéndose a ella, para que en la Festividad de la Misericordia en la oración „llamara a la fuente de la Misericordia” a todos los pecadores: ,,E1 día de Mi fiesta – la fiesta de la Misericordia recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la fuente de Mi misericordia” (D 206). Este deber de la Apóstol de la Divina Misericordia tenía que consistir en ,,mirar fijamente el abismo de la misericordia”, darle a Él ,,gloria y honor” y ,,zambullir” a los pecadores ,,en el abismo de la misericordia”. Junto con el encargo Jesús prometía la curación de los pecados a todos los pecadores. El hablar sobre la Divina Misericordia, Jesús lo comparó con el encargo a los profetas, quienes transmitiendo la manifestación de Dios exponían su vida para cumplir con el mandato que les fuera conferido: „…en el antiguo Testamento enviaba a los profetas con truenos a Mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con Mi misericordia” (D 1588). La Apóstol de la Divina Misericordia debería mostrar el misterio de Dios como una oportunidad para la humanidad aplastada por el peso de los pecados, advirtiendo sobre desechar el amor de Dios: ,,Hago uso de los castigos cuando Me obligan a ellos, Mi mano resiste a tomar la espada de la justicia; antes del día de la justicia envío el día de la misericordia” (D 1588). La manifestación dirigida a Sor Faustina subraya la verdad sobre la grandeza de la Divina Misericordia, la cual sociega a través de la justicia Divina.
Entre lo que le encomendó Jesús a Sor Faustina en primer lugar se destaca la promesa de que ella será ,,por siglos” testigo de la Divina Misericordia, proclamando a través de su persona la gran misericordia de Dios. A esta promesa se adjuntó otra, que por ella ,,pasarán rayos de misericordia a todo el mundo”, esto significa, que va a pedir de una manera especial la misericordia para el mundo32. La misión básica de la Hermana Faustina como ,,dispensadora” de la Divina Misericordia era escribir y hablar sobre la Divina Misericordia y pedir misericordia para el mundo. A ella Jesús le dirigió su pedido de ayuda para la salvación de los pecadores33.
b) Dispensadora de la Divina Misericordia
La misión de proclamar al mundo la Divina Misericordia era sentida fuertemente en el corazón por Sor Faustina, la realizaba ante todo a través de actos de misericordia: ,,Hija mía, si por medio de ti exijo a los hombres el culto a Mi misericordia, tú debes ser la primera en distinguirte por la confianza en Mi misericordia. Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte ni justificarte” (D 742). Encomendándole a Sor Faustina la manifestación de la misericordia, Jesús la llamaba a realizar actos de misericordia, los cuales deberían brotar de la actitud de confianza en la Divina Misericordia. A través de una voz interior, le señaló tres maneras de cumplir con la misericordia para con el prójimo: ,,…la primera – la acción, la segunda-la palabra, la tercera-la oración; en estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí” (D 742). Sin actos de misericordia, estaría vacío el honor rendido al cuadro y a la Festividad de la Misericordia.
Los actos de misericordia, comprenden de acuerdo con lo encomendado por Jesús: actos, palabras y oración. En la inspiración interior, la Mística de Cracovia comprendió, que Dios se le otorgaba en el misterio de la misericordia. Cuanto más claramente veía sus debilidades tanto más confiaba en su fuerza: ,,Hija Mía, deleite y complacencia Mía, nada Me detendrá en concederte gracias. Tu miseria no es un obstáculo para Mi misericordia. Hija Mía, escribe que cuando más grande es la miseria de un alma, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia, e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de Mí misericordia, porque deseo salvarlas a todas” (D 1182). En la experiencia de su propia debilidad ante la infinita Misericordia Divina, la autora del Diario, penetraba en el misterio de la misericordia abierta a todo el mundo. La Divina Misericordia era para ella gozo y fuente de felicidad, porque colmaba de paz las almas atormentadas, sufrientes por su debilidad. Con espíritu de felicidad, Sor Faustina llamaba a todos los seres a alabar al Dios de la Misericordia (D951).
La experimentación de la Divina Misericordia significaba para Santa Sor Faustina la experimentación del misterio de la misericordia, y la aceptación de actos concretos que emanaban de conocer la cualidad más grande de Dios. Se expresaba a través de la confianza infantil en Dios y en darle forma a sus actos según la misericordia. Comprendía el transmitir esta verdad al mundo y en orar por la misericordia para el mundo. Santa Sor Faustina, aceptando la forma de vida según la Divina Misericordia toma parte al mismo tiempo en la distribución de gracias de Jesús Misericordioso. Su dispensación es el resultado del misterio de compartir con los santos y es el completamiento de las promesas de Jesús, de que su misión no se terminará junto con su muerte. Santa Faustina fascina con su sencillez y humildad en su estilo de vida según la Divina Misericordia animando a tomar el camino de depositar la total confianza en Dios y en el cumplimiento de Su misión.
Streszczenie
Doświadczenie tajemnicy Bożego Miłosierdzia u św. Siostry Faustyny Kowalskiej prowadziło do przeżycia „dziecięctwa duchowego”, którego elementami składowymi jest doświadczenie miłości Boga Ojca, postawa ufności i pokory, poczucie bezpieczeństwa i pełnienie misji miłosierdzia. Przeżycie „dziecięctwa duchowego”, jak stwierdza św. Teresa z Avila w Twierdzy wewnętrznej (VI,1,1) jest związane z wlewaniem do duszy miłości Bożej, która przekształca i jednoczy człowieka z Bogiem. Proces ten jest nazywany „zaślubinami mistycznymi” i wyraża się w duchowej wymianie darów między oblubienicą i Oblubieńcem. Stany te opisywała św. Teresa z Lisieux Dziejach duszy (C 2,3), która inspirował Mistyczkę z Krakowa w dziedzinie jej relacji do Boga ukazując możliwości najprostszej drogi do zjednoczenia z Bogiem przez całkowite zaufanie i oddanie siebie w ramiona Ojca.
Doświadczenie obejmowało przeżycie bliskości Boga jako Ojca, który kochając człowieka w swoim Synu Jezusie Chrystusie, poddaje go próbom cierpienia. Specyfiką dziecięctwa duchowego u św. Faustyny jest zjednoczenie z Chrystusem w tajemnicy krzyża, które pomaga jej zrozumieć, że Bóg Ojciec jest blisko nawet wtedy, gdy człowiek musi bardzo cierpieć. Idea dziecięctwa duchowego rodziła się u Mistyczki z Krakowa w pierwszych doświadczeniach nocy wiary (Dz 23) i dojrzewała w chwilach poczucia całkowitego opuszczenia przez Boga (Dz 625, 1109, 1481). „dziecięctwo duchowe” prowadziło św. Faustynę do postawy zaufania i pokory, przez którą zbliżała się do największych tajemnic Boga (Dz 1479). Autorka Dzienniczka nie tylko czuła się bezpieczna w „ramionach Ojca”, ale również nabierała niezwykłej odwagi pewności w głoszeniu światu orędzia Miłosierdzia. Mimo choroby i słabości fizycznych szła odważnie do świata zawsze posłuszna Kościołowi.
Przypis nr 2 – Cfr. Santa Teresa de Avila, Castello espiritual, VI,1,1; Santa Teresa de Lisieux, Diario del alma, C, 2,3.
Ks. Jan Machniak, PAT